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DANI Y SU PRIMER AÑO EN LA UNIVERSIDAD

El primer año de universidad es un gran paso que supongo que a mucha gente le produce un poco de ansiedad y nerviosismo,  no obstante, si quieres estudiar algún grado universitario, es una etapa por la que la mayoría debemos pasar.

Este cambio significa dejar tu pueblo o ciudad e irte a un sitio desconocido en el que al menos pasarás los 4 años siguientes (“ o mas”).

Dejas la comodidad de estar en casa y en menor o mayor medida tienes que aprender a arreglártelas solo: no solamente me refiero a la hora de cocinar, limpiar o a moverte por una ciudad nueva para ti sino que, además, tus padres no van a estar ahí para recordarte que estudies, que te acuestes, que te levantes, etc.

Después siempre está la preocupación de si encajaré o no, o si haré amigos nuevos; pues bien, la respuesta es muy sencilla: “si”, la mayoría de las personas el primer día de clase están igual de perdidas que tú, o más. Esto quiere decir que es muy fácil hacer amigos y conocer gente nueva ya sea en clase o en la residencia.Y estos amigos podrían ser para toda la vida.

Imagino que para muchos la mejor parte es la de estudiar lo que te gusta, o al menos algo sobre lo que tengas cierto interés, pues ya no tienes que andar estudiando esas asignaturas que te parecen inútiles o no te gustan y que te encuentras en la ESO y BACHILLER ( aunque en la carrera también encontrarás). Todos los conocimientos aprendidos en clase los podrás usar después a la hora de hacer las prácticas ,que en mi opinión, es lo más interesante y útil.

En mi caso yo estoy estudiando Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza y no me puedo quejar de nada, creo que este grado me va muy bien. Aunque no voy a mentir. Hay que estudiar muchísimo, pero al final vale la pena, y no olvidéis que ningún cambio es irreversible, si has escogido algo y no te gusta no pasa absolutamente nada por cambiarte, por ello no ha de ser un año perdido.

Para acabar espero que con este pequeño resumen haya podido informaros o quitaros el miedo y animaros a que disfrutéis de todo lo nuevo y bueno de esta etapa:  la facultad, los amigos y la nueva cuidad.

Daniel Naval Costa

BEATRIZ Y SU PRIMER AÑO EN LA UNIVERSIDAD

«Escribir en un pequeño texto como ha sido mi primer año en la Universidad no es una tarea nada fácil. Me pidieron si podía explicar mi experiencia para así ayudar a la gente a escoger, a decidirse sobre qué hacer. Lo que pretendo con esto es dar mi visión sobre mi primer año y si con esto ayudo a alguien a aclarar sus ideas ahora, o más adelante, cuando empiece la Universidad, mejor que mejor.

Empezaré por el principio: al acabar segundo de Bachiller y la Selectividad escogí estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Cataluña.  Después de pasar uno de los mejores veranos de mi vida y de imaginarme una y otra vez como sería esta nueva etapa que iba a comenzar, llegó septiembre , y con él la Universidad y la mudanza a Barcelona. Mentiría si dijera que no es un cambio muy grande y más si como en mi caso pasas de un pueblecito a la gran ciudad. Tendrás que acostumbrarte a eso de no poder salir 5 minutos antes de casa cuando quedas con alguien, a las aglomeraciones de gente, o a no conocer a todo el mundo que pasa por la calle. Pero a cambio, la ciudad tiene grandes ventajas que ya irás descubriendo, créeme.

Ha sido un año duro, en el que ya no vale con estudiar “ la noche de antes”. Vas a tener que aprender a organizarte porque pasar del instituto a la Universidad es un cambio muy fuerte. Todos empezamos el año haciéndonos nuestro propio  “perfecto plan de estudio” para que no tengamos problemas al final, y que nos de tiempo de todo. Pero de repente, un lunes cualquiera, cuando tenías pensado pasarte la tarde entera estudiando, alguien te propone una alternativa mejor  y piensas: “bueno, quedan meses”. Que no te asuste si este plan se te descuadra, nos pasa a todos. Piensa que hay tiempo para todo; al final, si te organizas, con más o menos esfuerzo, lo acabarás sacando sin problemas.  Busca la técnica que más te ayude, puedes quedar para estudiar con los de clase, tú solo, puedes ir a la biblioteca o igual prefieres tu habitación… pero cuando sepas lo que de verdad te va bien para estudiar, ve a por ello, y verás como los resultados hablan por si solos.

Pero bueno, no todo en este año es estudiar. Vives miles de experiencias nuevas, conoces nuevos lugares, y sobre todo nuevas personas. Conocerás gente en cualquier parte: en tu clase, en la biblioteca, en la residencia o piso al que vayas a vivir, en la calle, en el gimnasio, en el metro o en sitios inimaginables y verás como algunos, poco a poco, se empiezan a convertir en verdaderos amigos. Si de algo puedo estar orgullosa este año es de la gente a la que he conocido y que sé que me llevo conmigo.

Dicho esto solo me queda dar un par de pequeños consejos.  El primero lo habrás escuchado mil veces pero es la verdad. “Estudia lo que verdaderamente te gusta”, es muy importante porque piensa que vas a pasarte como mínimo los próximos cuatro años de tu vida estudiando lo que hayas elegido, así que si es algo que te motiva mejor, ¿no? Y si más adelante te das cuenta de que esto no es lo tuyo, que no te dé miedo rectificar y volver atrás; nunca es demasiado tarde, y no lo podrás considerar un año perdido sino una nueva experiencia en tu vida. Por último, cuando haya momentos en los que te veas superado por el estrés, cuando creas que no puedes más, recuerda que SÍ que puedes, que SÍ que estas hecho para esto y  visualiza la recompensa que tendrás al final. ( El apoyo moral de la gente que está igual que tú también ayuda mucho).

Haz de cada momento de esta nueva etapa de tu vida algo único.»

Beatriz Pérez Soria.

LAS PALABRAS PATRIMONIALES

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La mayoría de las palabras de un idioma, en nuestro caso el castellano, proceden de la lengua madre, el latín en nuestro caso; es por eso que muchas de las palabras de las lenguas romances (que son las que vienen del latín) como el castellano, el catalán, el gallego o el francés se parecen.

Estas son las que llamamos «palabras patrimoniales», las que forman el sustrato de un idioma y a las que se añaden palabras nuevas como los extranjerismos (boutique), los préstamos (extranjerismos adaptados como fútbol) y las siglas (ONG) y acrónimos para formar el léxico de un idioma.

La base de cualquier idioma son las palabras patrimoniales, y parece que solo los que estudian latín conocen la evolución que han sufrido estas palabras en el paso de un idioma a otro.

Para muchos no tiene importancia conocer de dónde viene algo, pero además de por curiosidad, hay veces que podemos comprender qué significa algún vocablo si conocemos su origen y su evolución. Hay que tener en cuenta también que hay letras que no cambian y que son las que nos permiten averiguar de qué palabra procede otra.

Las reglas más importantes que siguen las palabras en su evolución del latín al castellano, atendiendo especialmente a las vocales, son:

  • «-m» final de acusativo desaparece (portam = puerta)
  • «o» si es breve y tónica diptonga en –ue (portam = puerta)
  • «e» si es breve y tónica diptonga en –ie (servum = siervo)
  • «u» final y breve tónica se convierte en –o (servum = siervo)(iuvenem = joven)
  • «i» breve y tónica pasa a –e (cibum = cebo)
  • la vocal postónica breve desaparece (diabolum = diablo)
  • «ae» se convierte en –e (paeninsulam = península) aunque si está acentuada en –ie (caelum = cielo)
  • «au» pasa a –o (causam = cosa)
  • «oe» se convierte en –e (poenam = pena)
  • «e» final del infinitivo se pierde (pausare = posar)

Como podéis ver hay muchas palabras que han derivado en unas aunque también se parecen a otras, es lo que llamamos «dobletes», que explicaremos otro día. Igual que para otro día dejamos las reglas de las consonantes.

LEER. ¿LOS CLÁSICOS DE LA LITERATURA O LO QUE LOS PROPIOS ALUMNOS ELIJAN?

romancero

Ya mencionamos en un post anterior que cada vez, lamentablemente, se lee menos. ¿Cuáles son o pueden ser las razones?

Difícil respuesta, porque seguro que cada uno tiene las suyas propias. Pero, ¿puede ser que los jóvenes aborrezcan la lectura porque la asocian con algo aburrido que no tiene nada que ver con lo que les gusta? Puede ser.

Los alumnos de Bachillerato, por lo menos en Aragón, nuestro ámbito de trabajo, tienen que leer una serie de libros representativos de los géneros y épocas estudiadas; tener que leer esos libros más complejos, hacer un examen y estudiarlos en un curso que ya de por sí es más corto y exigente, puede que ayude a que le cojan manía a la lectura. Aunque claro está que cada uno tiene una razón para preferir cualquier actividad a la lectura: «es aburrida», «no tengo tiempo», «los libros son caros» son algunas de las excusas más utilizadas.

Habría que fijarse en la profesora que este año ganó el «Global Teacher Prize», Nancie Atwell, que recibió el premio por potenciar la lectura entre sus alumnos, niños que leen más de 40 libros al año. Ella es una de las primeras que aboga por la libertad a la hora de elegir lecturas. De hecho, piensa que las chicas leen más que los chicos porque tienen más opciones para elegir según sus gustos; los chicos apenas tienen variedad.

¿Los alumnos leerían más si fueran ellos los que eligieran lo que leen? ¿Funcionaría eso en nuestro sistema educativo? Tal vez sea la hora de comprobarlo. Está claro que todos debemos conocer algo de nuestros grandes escritores, pero quizá habría que plantearse el momento, o quizá hacer las cosas más fáciles, pero está claro que después de segundo de Bachillerato la mayoría de los jóvenes no quiere volver a oír hablar de Lorca o de Delibes. Tal vez una nueva forma de potenciar la lectura fuera una mayor libertad.

Aunque como dudamos que eso se consiga, se seguirán quitando las ganas de leer.

juegos del hambre

INTERCAMBIOS

Hoy os queremos hablar de los beneficios que aporta un intercambio lingüístico.

Definimos este intercambio como una manera informal de practicar o mejorar las lenguas que ya se saben o que se están aprendiendo, y que, además de fomentar la interrelación entre personas de diferentes nacionalidades, permite ampliar nuestra percepción del mundo. Al conocer otra cultura y costumbres, ya formamos parte de ellas. Contribuye a que seamos más flexibles, con una actitud más abierta frente a la sociedad. Ayuda a que desarrollemos la capacidad de adaptación a los cambios y de resolución de problemas. Y, si bien al principio puede resultar costoso acostumbrarnos a un sistema pedagógico distinto o a unos horarios y comidas diferentes, e incluso a sentirnos agobiados por sólo poder comunicarnos  en el idioma extranjero, es una experiencia única, ya que el aprendizaje que obtenemos durante la estancia no termina al regresar sino que nos es útil durante toda la vida. El convivir con una familia anfitriona en el extranjero, asistir a un colegio y hacer amigos de todo el mundo es una de las mejores maneras de obtener una visión global de la situación actual en temas políticos, económicos y sociales.

La experiencia merece la pena y el esfuerzo también. El enriquecimiento personal y académico que supone nos aporta sólo ventajas, a todos los niveles, y ayuda decisivamente a una mejor inserción al mercado laboral. Cada vez son más las empresas que solicitan un amplio conocimiento de uno o más idiomas, o haber tenido una experiencia internacional a la hora de un reclutamiento laboral. Se valorará la experiencia, la independencia y la movilidad geográfica, todas ellas adquiridas gracias a este intercambio.

¡ATRÉVETE A  DAR EL PASO, ES UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE!

LUCÍA Y SU PRIMER AÑO EN LA UNIVERSIDAD

Tras el estrés de 2º de bachillerato, los nervios de la Prueba de Acceso a la Universidad y el merecido verano de descanso, lleno de trámites y papeleo, llega la temida UNIVERSIDAD. Esa palabra que todos conocemos y que sabemos que algún día llegará, pero nadie cree que ese momento será tan pronto. Porque 18 años parecen muchos, pero creedme, llega en un abrir y cerrar de ojos. El primer año universitario es el inicio de una etapa muy importante en nuestra vida, ya que, ser universitario implica muchos cambios; sobre todo, uno que nos afecta a nivel más personal, independencia y comenzar a adquirir poco a poco más responsabilidades.

Aun somos jóvenes inexpertos en un mundo desconocido, pero durante este primer año tenemos que lanzarnos a ese abismo y empezar a hacer las cosas por nosotros mismos, a no depender de “papá” y “mamá” cada vez que algo nos sale mal, a solucionarnos nuestros problemas, y sobre todo, a empezar a enfocar nuestra vida a un futuro que parece muy lejano, pero que todos dicen que llega muy rápido.

Sin embargo, la etapa universitaria no comienza ese septiembre en el que llegas a una ciudad desconocida (en mi caso, Madrid), te instalas en un piso/colegio mayor/residencia en el que no conoces a nadie, tu madre te da mil y un consejos que tú escuchas vagamente y llegas ese primer día a esa universidad elegida rodeado de decenas de personas que no conoces. No. La etapa universitaria comienza mucho antes. ¿Quién no ha pensado millones de veces como sería su vida en la universidad? ¿Cómo será vivir solo? ¿La universidad será muy difícil? ¿Tendré tiempo libre? ¿Echaré mucho de menos a mi familia y amigos? ¿Haré nuevos amigos en la universidad? ¿Cuándo sabré si he elegido bien la carrera?

Compañeros, no os preocupéis. Todas esas dudas son normales. Es normal tener miedo a lo desconocido. El cambio que estáis a punto de afrontar es muy radical, y significa romper la zona de confort en la que nos encontramos en bachillerato, viviendo en casa y teniendo a nuestros padres repitiéndonos una y otra que tenemos que estudiar. Pero, tener miedo no importa. No importa sentirse perdido los primeros días de clase, creer que la carrera te viene grande, o sentirte quizás un poco solo los primeros días que estés en esa nueva ciudad que será tu lugar de residencia durante los próximos cuatros años. Ante todo recuerda que todo el mundo está igual que tú, y que seguro que esa chica que tienes sentada al lado en el comedor, está deseando hablarte, pero por vergüenza (igual que tú), no lo hace. O que el compañero que se ha sentado al lado tuyo en la facultad está igual de perdido que tú en esa clase de bioquímica. Lánzate y te aseguro que empezarás a hablar con la gente, y en unas semanas, sentirás que estás como en casa.

Antes decía que la vida universitaria no comienza en ese momento, porque con anterioridad hemos tomado muchas decisiones. La vida consiste en eso, en tomar decisiones constantemente; muchas veces de manera inconsciente, pero otras las pensamos mucho, porque sabemos que cambiarán nuestro devenir. ¿Se os ocurre alguna?

¿QUÉ CARRERA ELIJO? ¿EN QUE CIUDAD/UNIVERSIDAD LA ESTUDIO?

Antes de estar en la situación planteada de llegar a esa nueva ciudad/universidad, hemos tenido que tomar esta decisión. Para algunos es fácil, ya que siempre han querido estudiar alguna carrera en concreto; o saben que quieren estudiar en una determinada ciudad. Sin embargo, una gran cantidad de jóvenes llega a 2º de bachillerato con la cabeza llena de dudas. Eso tampoco os tiene que inquietar, es normal no tenerlo claro. Ante todo tenéis que hacer una reflexión interna preguntándoos qué es lo que os gusta y lo que no. Si bien es cierto que las salidas profesionales son importantes, no creo que debáis basar vuestra decisión en ello. TENÉIS QUE ESTUDIAR ALGO QUE OS APASIONE. Y si lo que hacéis os gusta, entonces, podréis triunfar en ello. Ese fue uno de los consejos que más me ha valido a mí. Estudiar algo porque tiene muchas salidas profesionales o porque en ese momento está muy demandado, es una condena al fracaso. ¿Acaso queréis dedicar el resto de vuestra vida a algo que no os gusta?

Sin embargo, no es una decisión definitiva, siempre podréis cambiar. Y eso no es tampoco un fracaso. Hay que sentirse orgulloso de haber madurado y de darse cuenta que esa elección que hicisteis un año atrás no es para vosotros. Ante todo no quiero que os quede la idea de que “es un año perdido”. NO. Es un año en el que habéis conocido a muchísima gente, habéis adquirido responsabilidades, habéis crecido como personas y habéis madurado. No chicos, no ha sido un año perdido para nada.

Ese verano de 2º de bachillerato se toman, quizás, muchas más decisiones, que las que tomarás en tu primer año de universidad. No tengas miedo, apóyate en tu familia, pregunta a amigos que hayan empezado la universidad, infórmate, que no te dé vergüenza preguntar una y otra vez tus dudas (todos las hemos tenido), y sobre todo, elige por ti mismo. La opinión de tu familia es importante, pero eres tú quien va a tener que estudiar. Cuando estés ante una montaña de apuntes de histología/anatomía/bioquímica/biología, etc. (véase, que estudio medicina), vas a tener que encontrar por ti mismo una motivación para seguir adelante, y creedme, que en esos momentos, no vale con que tu padre quisiera que fueras médico.

ELIGE POR TI, y seguro que al final todo sale bien.

Vas a pasar momentos de estrés, y vas a creer una y mil veces que no estás hecho para la vida universitaria (la cual no es como te la habían comentado). Sin embargo, siempre tendrás a gente en la que apoyarte, y recuerda siempre:

SÍ, SÍ ERES CAPAZ!!!!

Lucía Muñoz Prejigueiro Estudiante de 1º de medicina en la Universidad Complutense de Madrid

V. FRACASO ESCOLAR Y DISLEXIA: TRASTORNO ESPECÍFICO DEL APRENDIZAJE DE LA LECTO-ESCRITURA

La dislexia es una de las causas que mejor puede predecir un futuro fracaso escolar puesto que todo aprendizaje dentro de nuestro sistema educativo está basado y se desarrolla a través de competencias en lectura y escritura. Como el inicio en el aprendizaje de estas destrezas se realiza tempranamente, si el alumno fracasa está marcado desde muy pronto. Ya se sabe que el fracaso temprano tiene peor pronóstico si no se interviene a tiempo.

Se puede hablar de dislexia cuando un niño con un nivel cognitivo normal o superior, aprendizaje adecuado y sin problemas emocionales graves no es capaz de establecer el mecanismo de la lectura, lo que le lleva a un retraso de 2 años con respecto a su edad mental o cronológica.

Si no somos capaces de adoptar medidas eficaces, un alumno que presente un retraso en el aprendizaje de la lectura y escritura tendrá un mal pronóstico en el éxito académico. No sólo eso, sino que irán apareciendo otras dificultades asociadas como la desmotivación, una baja autoestima, problemas de ansiedad, problemas de conducta, etc.

El peso que adquieren los aspectos lingüísticos en los procesos de aprendizaje y la pobre conciencia lingüística (sobre todo en el aspecto fonológico) que poseen los disléxicos refuerza la idea de una relación positiva y elevada entre este trastorno y el fracaso escolar.

Distintas investigaciones de los últimos años han demostrado que la mayoría de niños disléxicos manifiestan una escasa conciencia fonológica (1), una alteración en la memoria verbal de corto y medio plazo (2), un déficit en el procesamiento del habla (3) y dificultades en la secuenciación y procesamiento automático (4).

La clave está en el desarrollo de estrategias de prevención que lleven a la detección temprana del trastorno, permitiendo de este modo diseñar planes de apoyo individualizado o en grupo.

La dislexia no se recupera al 100%, sin embargo, se puede conseguir que su influencia sobre la vida académica y personal sea la menor posible.

(1) Bradley y Bryan,1983

(2) Pestum, 2001

(3) Gelder y Bromeen,1996

(4) Hooper y Willis, 1989

SIGNOS DE PUNTUACIÓN I

foto coma

«Tenía un 6 en el examen y me han bajado a un 4,5 por faltas de ortografía. He puesto todas las tildes. Me tienen manía». Podría ser el principio de una conversación cualquiera entre un alumno de secundaria-bachillerato y otra persona. Pero ¿y los signos de puntuación?, también hay que tenerlos en cuenta a la hora de redactar.

Todos sabemos que la coma (,) sirve para separar los elementos de una enumeración y el punto (.) para pasar de una oración a otra. Pero tienen, además de estos, otros usos:

LA COMA:

-para limitar una aclaración que aparece en una oración (Descartes, gran filósofo francés, escribió muchos libros).

-delante y detrás de las locuciones adverbiales y conjuntivas y del vocativo (No estudió mucho, sin embargo, aprobó / Carlos, ven aquí).

EL PUNTO:

-detrás de las abreviaturas (sr. Domínguez).

Las comas son las que dan sentido al texto, las que nos permiten entender bien un enunciado, sobre todo si éste es muy largo y corremos el riesgo de perder el hilo. El exceso de puntos hace que un texto sea muy simple, solo información solapada, sin relacionar. Por lo que conviene saber cuándo utilizarlos.

Para evitar posibles errores de interpretación es muy importante la correcta utilización de los signos de puntuación, y por lo tanto es lógico que nos puntúen menos en los exámenes si están mal puestos o si no están, porque el sentido de lo que queremos decir puede cambiar mucho:

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La importancia de la coma parece clara. Pero ¿qué hay de los demás signos?; los de interrogación (¿?) y exclamación (¡!) no suelen ocasionarnos ningún problema porque aparecerán cuando queremos saber algo o cuando expresemos algún sentimiento o emoción, y eso se nota; parece lógico pues que sepamos utilizarlos bien. Del resto de signos hablaremos más adelante.

REGLAS DE ORTOGRAFÍA

Aquí os dejamos un enlace en el que tenéis ejercicios para poner en práctica lo aprendido y así os acostumbréis a utilizarlos siempre y bien.

ACCESO A LA UNIVERSIDAD. ¿DESDE FORMACIÓN PROFESIONAL O DESDE BACHILLERATO?

Algunos estudiantes deciden emprender un ciclo de Grado Superior en vez de entrar en la Universidad. «Tienes más posibilidades de trabajar, empiezas antes…» son las razones que suelen alegar. Pero hay alumnos que después del Grado Superior deciden estudiar una carrera universitaria. ¿Cómo acceden pues ellos a la universidad si no hicieron selectividad? ¿Tienen las mismas oportunidades que los alumnos que acabaron bachillerato? Las dudas son habituales, esperamos poder resolverlas:

Según la normativa actual, tanto los estudiantes de bachillerato como los de Grado Superior tienen una nota de acceso, valorada sobre 14, que será la que les permita o no entrar a estudiar una carrera que tenga nota de corte. Lo que sí que difiere es la manera de calcularla.

  • Desde Grado Superior: se valorará la nota media obtenida en el Grado Superior, a la que se le podrá añadir la nota que se obtenga en la parte específica de selectividad. No es obligatorio presentarse a selectividad, pero si la carrera a la que se opta tiene una nota de corte elevada, es aconsejable. Además hay que saber a qué asignaturas presentarse en función de la carrera y de la universidad; siempre intentaremos ir a las que ponderen 0.2.

nota de acceso: nota media del ciclo + (asignatura específica x 0.2) + (asignatura específica x 0.1)

  • Desde Bachillerato: la nota media de bachillerato vale 0.6, y la de la fase general de selectividad 0.4 y a ella hay que sumarle la fase específica de selectividad, en la que tendremos que tener en cuenta lo mismo que ya hemos mencionado en el apartado anterior.

nota de acceso: (nota media de bachillerato x 0.6) + (nota fase general de selectividad x 0.4) +                                                                        (asignatura específica x 0.2) + (asignatura específica x 0.1)

Como a veces las explicaciones abstractas nos parecen ambiguas, a ver si este ejemplo nos lo aclara:

Si un estudiante de Grado Superior ha sacado un 8 de media y quiere hacer una carrera cuya nota de corte sea un 9, deberá presentarse a alguna específica, de las que ponderan 0,2. Le sería suficiente con sacar un 5 en esa materia específica para entrar a la carrera deseada. Si ese mismo estudiante hubiese hecho Bachillerato y hubiese sacado ese mismo 8, debería sacar al menos otro 8 en la fase general de selectividad, y aún así, tener que presentarse a la materia específica para asegurar, porque ni sacando un 10 en la parte general de selectividad entraría (tendría un 8,8). Por lo tanto, todos tienen las mismas posibilidades, lo único que cambia es el cómputo de las puntuaciones. Lo que no podemos hacer es dejarnos llevar por el sistema de acceso que nos parezca más fácil, sino por el que nos parezca más útil.

¿Qué pasa con las asignaturas específicas? Según la nota de corte de la carrera que queramos estudiar, habrá que presentarse a esas asignaturas para subir nota. Lo primero es saber, en función de nuestros estudios posteriores, qué asignaturas específicas son las que más ponderan (0.2) porque así podemos sacar menos nota pero obtener la misma puntuación. Y una vez lo sepamos ponernos manos a la obra, porque aunque a priori pueda parecer que no tenemos ni idea de esa asignatura al no haberla cursado en el Grado Superior (los estudiantes que proceden de un Ciclo formativo son los que más dudas tienen a este respecto), cuando uno quiere y se esfuerza, nada lo detiene.

Dadas las diferencias, ya sabemos que todos tienen las mismas posibilidades de acceder a cursar una carrera universitaria, lo que conviene es centrarse en la manera que sea más útil para cada alumno y la inversión en tiempo.

BELÉN Y SU PRIMER AÑO EN LA UNIVERSIDAD

De cara al final del curso, cuando muchos de nuestros alumnos están dudando sobre qué estudiar o a dónde ir, hemos considerado oportuno introducir en nuestra página las experiencias que algunos de los que en años anteriores acudieron a nuestro centro, nos han contado. Puede servirles de ayuda aunque cada caso es diferente y cada uno tiene que pensar en lo que más le puede beneficiar a él mismo.

La primera de estas experiencias nos aconseja sobre cómo afrontar el primer año en la universidad:

LAS 5 CLAVES PARA UN BUEN PRIMER AÑO UNIVERSITARIO

Ahora que llega el final de mi primer año en la Universidad y del de muchos de mis amigos y conocidos, es inevitable hacerse una serie de preguntas clave: ¿Ha sido un buen año? ¿Por qué? ¿No ha sido un buen año? ¿Por qué? Tras haber hablado con mucha gente, he llegado a la conclusión de que la respuesta a ambas preguntas gira en torno a dos aspectos: académico y social. Una cosa es tener un buen primer año universitario académicamente hablando y otra socialmente hablando. Sin embargo, lo verdaderamente positivo es conseguir ambas. Desde mi escasa experiencia he de decir que, suponiendo todo un reto, es posible lograr lo que se conoce como un año top, lo que en resumen viene a ser, para que todos nos entendamos, un año donde saco buenas notas y hago buenos amigos. Aquí hay que hacer un pequeño matiz. En primer lugar, en lo que a “buenas notas” se refiere, siempre irá en función del alumno y la carrera de la que estemos hablando. No hay que engañarse, existen carreras y CARRERAS, al igual que existen alumnos y ALUMNOS; por eso aquí lo importante es no caer en el agravio comparativo y sacar lo mejor de ti. En el momento en el que estés orgulloso de tus notas y tu familia y amigos lo estén, habrán sido buenas notas. En segundo lugar, en lo que a “buenos amigos” se refiere, no hace falta que hagas cien o doscientos amigos, lo importante es que conozcas gente que de verdad sea positiva para ti. Lo bueno de la Universidad es la diversidad de personas, busca aquellas que más se parezcan a ti y forma un buen y “sano” grupo de amigos.

Pues bien, ahora que ya hemos establecido las metas del año top queda lo más difícil, el camino para llegar. A mi parecer existen cinco claves para lograr un buen año académico y social, que son:

 ORGANIZACIÓN. Sin lugar a duda, si quieres conseguir un año en el que las buenas notas y los buenos momentos vayan a la par deberás organizarte.

Siempre el estudio debe ser lo primero, porque será lo que menos te guste y lo más tentador para dejar atrás. Establécete unos buenos horarios tan grandes y precisos como necesites. Además siempre deben ir acompañados de una meta, donde lo social juega un papel fundamental, me explico: ahora que te has fijado unos objetivos académicos (porque el estudio es lo primero) debes establecer unos objetivos sociales, más que objetivos son quedadas, planes, fiestas, cenas, paseos, etc. De tal manera te verás motivado a acabar con las horas de estudio para salir y “despejarte”. Por ejemplo, en semana de exámenes no te olvides de poner en el calendario que el sábado es el cumple de un amigo y vais a celebrarlo como se merece. Esto te ayudará a estar motivado ante el estudio y más satisfactorio será cuando hayas acabado y te vayas de fiesta con “el deber cumplido”.

 ESTUDIO. El estudio es una clave fundamental para un buen año académico que debe ser recordada porque se nos olvida fácilmente. Aquí además corren peligro aquellos que vienen de un bachiller muy bueno en el que no tuvieron que esforzarse mucho para sacar buenas notas. La carrera es otra cosa, aquí no vale estudiarlo todo la noche de antes si quieres un buen resultado. Aquí necesitas más horas de estudio y trabajo en casa que, además, no siempre tendrán los resultados esperados. No vale rendirse y tirar la toalla, por experiencia sé que hasta el final no vienen los resultados definitivos así que hasta el final hay que estar dando el 100% y será entonces cuando haremos un balance de qué cosas han dado resultado y cuáles no, las que no, por supuesto, deberán ser cambiadas y las que sí deberán ser potenciadas. Por ejemplo, en una asignatura cogiste muy buenos apuntes y te organizaste el estudio repartido en días y funcionó bien, pues deberás aplicarlo al resto de asignaturas donde, usando otros métodos, no te fue tan bien.

 HAZTE NOTAR EN TU UNIVERSIDAD. Ya sea una Universidad pública o privada necesitas hacerte notar. Que los profesores sepan que estás ahí y que eres de provecho. Los profesores de Universidad muchas veces tienen sus propios proyectos y necesitan de sus alumnos para desarrollarlos, no dudes que te buscarán si ven en ti algo atractivo para ellos, así que debes demostrárselo con tu actitud activa en clase y en los trabajos. De hecho, un buen momento para hacerlo es en las exposiciones de grupo que son tan habituales en la Universidad. Truco: esto será también muy importante cuando te toque ir a la revisión de un examen en el que has flojeado. Por eso no debe darte vergüenza, debes hacer notar a tu profesor que estás ahí. No hablo de peloteo, hablo de presencia, es decir, no te conviertas en ese alumno que no para de dar aportaciones inútiles en clase, porque con eso también te haces notar pero negativamente.

 ÚNETE A ALGÚN CLUB UNIVERSITARIO. Pasamos a la parte social, si eres una persona tímida que te cuesta abrirte a nueva gente, algo muy positivo para ti será unirte a algún club universitario, el que sea, el que te guste. No tiene por qué darte vergüenza porque la gente que estará apuntada será gente como tú, a la que le interesan las mismas cosas o, al menos, esa en particular, por lo que ya partirás con algo seguro para comenzar con una amistad. Además en la Universidad hay grupos de todo tipo y para todo el mundo. Es una manera buenísima de conocer gente con tus mismas inquietudes y de comenzar a hacer “grupo”. Si no tienes claras tus aficiones, que lo dudo, yo te recomiendo el Club de Debate porque aporta mucho a los estudiantes: te enseña a hablar en público (aspecto vital para tu vida futura y no tan futura), abre tu mente y te demuestra que siempre se podrán defender ambas partes, conocerás a gente con tus mismas inquietudes, te llevará por diferentes torneos por toda España e, incluso, por el mundo y abrirás tu círculo de contactos enormemente con gente realmente interesante.

 CONOCE A GENTE. Y lo digo así en general porque no debes cerrarte ni cerrar la puerta a nadie. No sabes cómo puede llegar a sorprenderte la gente y debes darles tiempo. Apúntate a las cenas de clase y a los encuentros que se organicen en tu Universidad o en tu ciudad, porque la mayoría de los estudiantes, como es también mi caso, nos vamos de casa cuando empieza el año universitario, así que no tienes por qué aferrarte a la gente de tu clase, piensa que tienes a la gente de la residencia o de tu piso compartido y sus respectivos amigos, tienes a gente de tu ciudad que se ha mudado contigo y con la que puedes seguir quedando porque, a la vez, ellos también habrán conocido a más estudiantes y así la red se hace cada vez más y más grande. Tampoco estés triste si al principio sientes que no conectas con la gente, suele ocurrir, es normal porque son demasiados cambios y tu mente aún está demasiado aferrada a lo de “antes” pero pronto cambiará y debes estar preparado para aprovechar la gente que tienes a tu alrededor y ver cómo, poco a poco, se convierten en todo un apoyo para ti porque no dejan de sentir, sufrir y pasar lo mismo que tú. Este punto es vital para cerrar el año, porque te permite también hacer un balance de las buenas personas que has conocido y cuáles quieres que continúen contigo el año que viene, porque no debes cerrarte al principio pero tras un año verás cómo tienes claro cuáles van a continuar contigo la experiencia.

Estas cinco claves no suponen una lista cerrada, es decir, puede que tu año universitario perfecto sea sólo el académico o sólo el social y para ello deberás potenciar más unas y dejar de lado otras, sin embargo, como de verdad aprovechas la Universidad es con un año top y, aunque esta lista no es perfecta y puedes añadir o quitar cosas a tu gusto, creo que estos cinco aspectos son verdaderamente claves para poder lograrlos.

Antes de acabar, existe un aspecto también vital para que sea un buen año pero que no lo menciono como clave porque se da un poco antes de que lo comiences: elige bien la carrera que quieres estudiar, y digo quieres porque es fundamental que te guste lo que vas a estudiar porque son muchas horas de esfuerzo que si no te motivan irás dejando; y digo quieres en segunda persona porque es tu elección, eres tú quien va a estudiarla así que debes dejarte aconsejar pero siempre tienes que tener tú la última palabra. Además es una elección importante, medítala bien y para ello un truco es que pienses en pasado, presente y futuro (un error suele ser que la gente sólo mira a futuro. Típico: ¿voy a tener trabajo?).

 Debes pensar en pasado y ver qué es lo que solía gustarte o en lo que solías ser bueno.

 Debes pensar en presente y ver cuáles han sido tus notas y qué oportunidades

tienes de entrar en la Universidad.

 Debes pensar a futuro y ver si de verdad estás dispuesto a estar 4-5-6 años estudiando esa carrera (Truco: mira las asignaturas no sólo de primer año, sino del resto también), y si la salida profesional realmente te motiva, al menos a corto plazo (10-15 años) porque para el resto de tu vida es demasiado tiempo, quién sabe a qué acabarás dedicando tu vida.

De esta manera conseguirás una elección meditada y acorde a tus circunstancias y posibilidades lo que aumentará un 200% tus probabilidades de acierto y de consecución de un perfecto primer año universitario.

Ante todo no te frustres porque puede ser complicado, sigue hacia delante y que no sea hasta el final cuando valores si valió o no valió la pena porque si no nadie acabaría la carrera, créeme. ¡Mucha suerte!

Mayo 2015, Madrid

Belén Adell Troncho, estudiante BBA+LAW