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SER PADRES Y EJERCER DE PADRES

Iniciamos una sección dedicada a fomentar el conocimiento sobre cómo mejorar el desarrollo de nuestros hijos mediante la práctica de una paternidad positiva.

De forma progresiva se introducirán los temas relevantes, estrategias, métodos y estilos educativos que constituyen una influencia positiva  en los niños.

Inicio con una reflexión sobre este tema:

“Ser padres y ejercer de padres”

Los padres son los responsables de la educación y formación de sus hijos. Así pues, son los que deben velar por ellos, tenerlos en su compañía, alimentarlos, educarlos y procurarles una formación integral.

El mundo moderno actual ofrece muchas ventajas y también enormes retos. Uno de ellos es el abordaje de la función de padres en esta sociedad compleja y cambiante.

La familia del siglo XXI ha experimentado algunas transformaciones entre las que se encuentran las reivindicaciones de la mujer, la opción legal del divorcio, la búsqueda personal de la felicidad, la vida en la ciudad, la competitividad laboral, las exigencias económicas…

Los hijos del siglo XXI viven todos estos procesos de cambio que la sociedad va asumiendo y que conformarán su modo de actuar ante los temas que se le vayan presentando. La poderosa influencia de los medios masivos de comunicación y de las nuevas tecnologías, la incorporación de nuevos valores como el respeto al medio ambiente o a las diferencias se han convertido en nuevas materias primas con las que se construirá el gran proyecto vital de cada niño. ¿Podríamos estar en contra de la riqueza y diversidad de materiales a la hora de idear una catedral?. Del mismo modo cuantas más herramientas mejor podremos ayudar a nuestros hijos para alcanzar sus metas. Unicamente deberemos elegir cual es la adecuada en que momento y para que edad.

Me convierto en padre cuando tengo un hijo. Ejerzo de padre cuando asumo mi responsabilidad en la crianza de mi hijo.

El inicio de la paternidad: expectativas y temores.

La paternidad se inicia en los nueve meses del embarazo. Es un periodo repleto de ilusiones, expectativas, preocupaciones, temores y cambios de todo tipo.

En la gestación  se va construyendo la relación afectiva de los padres con el hijo, se experimentan fantasías alrededor de su nombre, de su aspecto y sus virtudes, de esta forma se va asimilando su nueva condición. Durante esta etapa conviven el hijo imaginario con el real que se está formando. No es infrecuente que la madre perciba cierta “personalidad del bebé” dependiendo del tipo de movimiento que realiza y de la interpretación que ella realiza: “es muy tranquilo”, “no para, es muy activo”, “le gusta la música”, “parece feliz cuando oye a su padre”, etc.

Con el nacimiento se produce el anhelado encuentro entre el niño imaginado durante unos meses y el real que acaba de llegar. Este encuentro entre la realidad y el deseo es parte esencial de la nueva relación familiar e influirá sobremanera en la felicidad futura del bebé y en su desarrollo como persona.

Los primeros meses de vida son una etapa de adaptación entre el bebé y sus padres. Lactancia, juego y crianza son momentos importantes de esta adaptación afectiva. Es aquí donde empieza a construirse el  vínculo a través de la relación padres-hijo, al mismo tiempo que da inicio a otra etapa de la vida adulta: la vida en familia.

Llegados a este punto conviene saber:

  • Los buenos padres no nacen, se hacen.
  • No busque ser un padre perfecto que produce un padre perfecto, la mayor parte de los errores que se cometan durante la educación quedarán compensados por las cosas buenas que se haga.
  • No existe una única forma correcta de ser padres. Tenga confianza en sí mismo e intente mejorar y superarse en su trabajo como padre/madre.

CÓMO CONOCER Y MANEJAR LAS CONDUCTAS DE LOS HIJOS

Lo que pretendo con este texto es realmente ambicioso. Me gustaría con mi experiencia y formación poder ayudar a las familias aportando conocimientos prácticos sobre la modificación de la conducta infantil.

En este primer texto abordaré las bases de la conducta y la estrategia general de intervención. En los posteriores, profundizaremos sobre cada una de las técnicas que desde la Modificación de Conducta podemos aplicar en nuestro día a día.

Creo firmemente que los padres pueden cambiar el comportamiento de sus hijos  porque la influencia que tienen sobre la conducta de los mismos es muy grande. También porque la conducta se aprende y por tanto puede modificarse.

Para poder realizar este trabajo necesitamos adquirir conocimientos sobre los siguientes aspectos:

-¿Cómo se aprenden las conductas?

-¿Cuáles son las estrategias a seguir para incrementar los comportamientos adecuados y modificar los inadecuados?

La conducta infantil es resultado de la estrecha relación que se establece entre elementos heredados (constitución física, temperamento, potencial intelectual) y elementos ambientales (cultura, estilos educativos, acontecimientos vitales…).

Así por ejemplo, las variaciones en la alimentación de la madre pueden influir  en el desarrollo del feto. El que la madre haga una dieta racional o no esté sobrecargada de trabajo (lo cual depende del medio en el que vive) influirá en la gestación y evolución del bebé.

El ser “propenso a la obesidad” puede constituir un problema para una persona, si en su ambiente la pauta estética que se valora es la de estar delgado. Los rasgos iniciales se deben a la herencia pero los comportamientos que se desencadenan están mediados por el ambiente.

El que un niño que ha nacido en una familia de músicos manifieste interés por el arte o la música no debe atribuirse totalmente a la herencia puesto que su vocación artística podría ser consecuencia de la imitación y de toda una serie de actuaciones dentro de su entorno que han ido reforzando determinados gestos o tendencias.

Así pues, si un niño reacciona frecuentemente con agresividad o ira no nos da derecho a presuponer que es así porque lo ha heredado y debemos preguntarnos de qué forma el entorno ha enseñado o mantenido ese comportamiento.

¿Qué estrategia puedo seguir en el camino que he emprendido para cambiar el comportamiento de mi hijo?

En primer lugar tener una estrategia nos asegura poder tomar decisiones con menor número de errores; es importante en muchos ámbitos de la vida. Cuando consideramos que un comportamiento debe modificarse, adoptar una estrategia es prioritario; estrategia que debe incluir los siguientes elementos:

  1. Definir la conducta a modificar.
  2. Observar y registrar.
  3. Analizar los antecedentes y consecuentes (lo que ocurre antes de la conducta y lo que ocurre después).
  4. Diseñar el programa adecuado para conseguir nuestro objetivo de modificación de conducta.
  5. Aplicarlo durante el tiempo adecuado. Esto es muy importante porque muchas familias aplican correctamente el programa en un inicio pero lo abandonan demasiado pronto, antes de poder ver y disfrutar de los resultados obtenidos.
  6. Evaluar los resultados.
  7. Mantener los resultados obtenidos.

La estrategia  quedará clara; debe asumirse totalmente e incorporarse al estilo educativo de los padres.