Muchos de los alumnos que han estudiado en el centro se quedan con los ojos como platos cuando me escuchan decir de forma tajante y clara: “equivócate primero”; muchos contestan “eso seguro”.

La gran mayoría tiene miedo a cometer errores, a fracasar, y se olvidan que siempre se puede aprender de los fracasos.

Pero… ¿Qué son los problemas?

PROBLEMA

• Cuestión o punto discutible que se intenta resolver
• Situación de difícil solución
• Conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de un fin
• Dificultades de orden personal o afectivo
• Proposición dirigida a averiguar el modo de obtener un resultado cuando ciertos datos son conocidos.

Sea cual sea la definición de problema muchos estudiantes tienen la visión falsa de que son malos en la resolución de los mismos. Las dificultades que tienen algunos para resolver los problemas más sencillos no son producto de una deficiencia intelectual, sino, en la mayoría de los casos, de una falta de interés y motivación.

Dicha falta de interés y motivación está unida a la carencia de deseo por comprender el problema, por lo tanto este no es comprendido.

Ante los primeros fracasos, los estudiantes se frustran y pierden la confianza en sí mismos; con el tiempo piensan que es una actividad accesible sólo para unos pocos.

Este hecho está unido a la idea imperante de que el aprendizaje es algo que fluye naturalmente y que depende de la capacidad inherente de los alumnos, y que por lo tanto no depende del trabajo, del esfuerzo y  de la dedicación.

En la resolución de cualquier problema se nos plantean tres tipos de dificultades:

1. Las dificultades propias de la resolución matemática.
2. Las dificultades producidas por: ambiente, profesores y estrategias de enseñanza.
3. Las dificultades propias del alumno en sí.

Sea cual sea la dificultad que el alumno encuentre, los profesores tenemos que mostrar / enseñar que el problema es un desafío al que vale la pena enfrentarse y resolverlo. Buscando la satisfacción más en el proceso y en la experiencia que en los resultados.

Como profesores de apoyo tenemos dos objetivos:

• Motivar al alumno, disminuir su baja autoestima y transmitirle deseos de logro y superación.
• Desarrollar las habilidades para resolver problemas. Estas habilidades son el resultado del trabajo personal combinado con la práctica y una inflexión sobre lo realizado.

LOS PROBLEMAS SON ACTIVIDADES QUE TE PERMITEN APRENDER DE FORMA ACTIVA, AUNQUE NO SIEMPRE SE ENCUENTRE LA SOLUCIÓN CORRECTA A LA PRIMERA.