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CÓMO CONOCER Y MANEJAR LAS CONDUCTAS DE LOS HIJOS

Lo que pretendo con este texto es realmente ambicioso. Me gustaría con mi experiencia y formación poder ayudar a las familias aportando conocimientos prácticos sobre la modificación de la conducta infantil.

En este primer texto abordaré las bases de la conducta y la estrategia general de intervención. En los posteriores, profundizaremos sobre cada una de las técnicas que desde la Modificación de Conducta podemos aplicar en nuestro día a día.

Creo firmemente que los padres pueden cambiar el comportamiento de sus hijos  porque la influencia que tienen sobre la conducta de los mismos es muy grande. También porque la conducta se aprende y por tanto puede modificarse.

Para poder realizar este trabajo necesitamos adquirir conocimientos sobre los siguientes aspectos:

-¿Cómo se aprenden las conductas?

-¿Cuáles son las estrategias a seguir para incrementar los comportamientos adecuados y modificar los inadecuados?

La conducta infantil es resultado de la estrecha relación que se establece entre elementos heredados (constitución física, temperamento, potencial intelectual) y elementos ambientales (cultura, estilos educativos, acontecimientos vitales…).

Así por ejemplo, las variaciones en la alimentación de la madre pueden influir  en el desarrollo del feto. El que la madre haga una dieta racional o no esté sobrecargada de trabajo (lo cual depende del medio en el que vive) influirá en la gestación y evolución del bebé.

El ser “propenso a la obesidad” puede constituir un problema para una persona, si en su ambiente la pauta estética que se valora es la de estar delgado. Los rasgos iniciales se deben a la herencia pero los comportamientos que se desencadenan están mediados por el ambiente.

El que un niño que ha nacido en una familia de músicos manifieste interés por el arte o la música no debe atribuirse totalmente a la herencia puesto que su vocación artística podría ser consecuencia de la imitación y de toda una serie de actuaciones dentro de su entorno que han ido reforzando determinados gestos o tendencias.

Así pues, si un niño reacciona frecuentemente con agresividad o ira no nos da derecho a presuponer que es así porque lo ha heredado y debemos preguntarnos de qué forma el entorno ha enseñado o mantenido ese comportamiento.

¿Qué estrategia puedo seguir en el camino que he emprendido para cambiar el comportamiento de mi hijo?

En primer lugar tener una estrategia nos asegura poder tomar decisiones con menor número de errores; es importante en muchos ámbitos de la vida. Cuando consideramos que un comportamiento debe modificarse, adoptar una estrategia es prioritario; estrategia que debe incluir los siguientes elementos:

  1. Definir la conducta a modificar.
  2. Observar y registrar.
  3. Analizar los antecedentes y consecuentes (lo que ocurre antes de la conducta y lo que ocurre después).
  4. Diseñar el programa adecuado para conseguir nuestro objetivo de modificación de conducta.
  5. Aplicarlo durante el tiempo adecuado. Esto es muy importante porque muchas familias aplican correctamente el programa en un inicio pero lo abandonan demasiado pronto, antes de poder ver y disfrutar de los resultados obtenidos.
  6. Evaluar los resultados.
  7. Mantener los resultados obtenidos.

La estrategia  quedará clara; debe asumirse totalmente e incorporarse al estilo educativo de los padres.